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  • Nuria Llop

CALOR CON HUMOR


El verano está a la vuelta de la esquina, pero el calor ya lo tenemos aquí desde hace días y me ha pillado con mil ideas en la cabeza, algunas de ellas para posts.


¡Genial!, pensarás.


Pues lo sería si hubiera podido decidirme por una y desarrollarla, algo que me ha resultado casi imposible. El «casi» es porque he empezado tres posts y los he aparcado los tres por un motivo u otro. El calendario que me establecí para el blog a principios de año me lo salté en marzo, porque no me apetecía escribir sobre el tema que había elegido en enero y que entonces pensaba que sí me apetecería escribir.


En fin, que intento ser organizada, pero me va más improvisar.


Así que, al final, y como el post del mes pasado, ¿Qué es una comedia romántica... histórica? tuvo más visitas de lo habitual y parece que gustó ¡MUCHAS GRACIAS!, sigo con el tema, aunque de un modo distinto.


Hoy te invito a leer un minirrelato en tono de comedia. Y digo «mini» (que no sé ni si existe esa categoría) porque no llega ni a la mitad de las 1000 palabras que serían lo mínimo para un relato corto y dobla las 200 del microrrelato. Lo he reescrito aprovechando uno de los ejercicios que hice en el taller Escribir con humor, impartido por la escritora Isabel Franc (aquí tienes el link a su página, por si quieres leer algo de ella), y la finalidad era poner en práctica el tema de los instrumentos cómicos. Los que utilicé y que seguro que detectas son:

  • LA PROMESA DEL TÍTULO: debe dar la idea de que vamos a leer algo humorístico.

  • CHOQUE DE CONTEXTOS: colocar un personaje en un lugar que no encaja.

  • VERDADES Y MENTIRAS CON EFECTO CÓMICO


Antes de que empieces a leerlo, quiero dejar claro que no hay ningún ánimo de crítica en este escrito. Es un intento de parodia que no vulnera los derechos de autor de la obra a la que remite el título, ya que no implica ningún riesgo de confusión con la novela original.


Y ahora sí, aquí está el minirrelato.


El tiempo entre posturas


Aquel periodista inglés me gustaba tanto que a todo le decía: yes, yes. Y uno de aquellos «yeses» me llevó a unas clases de yoga en las que varias alumnas se pasaban información militar secreta durante los diez minutos de descanso. Yo solo tenía que escuchar. Fácil.

Pues no. No me resultó tan fácil seguir la primera clase. Nunca he tenido un cuerpo flexible y no había vuelto a hacer ejercicio desde que dejé de gatear, pero me esforcé al máximo en cada postura. No debía llamar la atención. Sin embargo, aquellas asanas no eran nada sanas para mí. Después del «saludo al sol» ya sudaba como si hubiera estado asando quilos de carne en una barbacoa. Con la postura del guerrero me espatarré tanto que me hice un esguince en la ingle, pero aguanté el dolor y seguí. Me puse a cuatro patas para hacer la del perro y se me escapó un gas.

—Perdón, he confundido la palabra perro.

La profesora no se tragó la excusa y me invitó a marcharme de la clase. Justo antes de los esperados diez minutos.

«Ah, no. Eso sí que no. No puedo fallarle a mi chico».

—Perdón —repetí—, pero soy una espía y tengo que escuchar las conversaciones del rato de descanso para pasárselas a un reportero inglés. Que no sé si me entenderá, porque yo no hablo inglés y seguro que la lío gorda. A mí me da igual, lo que me interesa es él, que me tiene loquita y con los chacras desequilibrados. Así que, con permiso, me salto las posturas de riesgo y aquí me quedo.

El silencio en la sala duró un segundo. Una de aquellas alumnas se echó a reír y, al instante, el resto se unió a las carcajadas. La profesora, que también se tomó a broma mi verdad, puso los ojos en blanco y retomó la clase con la postura del árbol. Dedicada a mí, me dijo, para mejorar mi equilibrio. Le di las gracias y continué, poniendo toda mi buena voluntad.

Y mi oído en el descanso, claro.

Y ahí sigo después de tres meses, con esguinces y contracturas que me incordian cuando practico otra clase de posturas con mi periodista inglés, pero me he ganado la fama de ser la mejor informadora de su red.




Espero que te haya gustado y que vuelvas por aquí el 17 de julio. Y, si te gusta la comedia romántica, aprovecho para recordarte que tienes en preventa La luz de la pasión, una comedia de enredo ambientada en el Siglo de Oro que se puede leer de forma independiente, aunque sea la tercera entrega de la serie "Corazones solitarios". Aprovecha el precio de lanzamiento y reserva tu ebook. Lo tendrás disponible el 28 de junio.



¡GRACIAS por leer este post!



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