UNA RUTA LITERARIA IMPOSIBLE: lugares de Barcelona desaparecidos
Desde el año en que se sitúa la acción principal en la novela Un asunto delicado, 1921, ha pasado más de un siglo. Es normal que la ciudad haya cambiado un poco y que algunos de los lugares que menciono ya no existan. Del mismo modo que podemos trazar una ruta literaria por los que todavía se conservan, podríamos marcar otra con los que han desaparecido. Sería una ruta «imposible», casi absurda, pero si eres de Barcelona o te interesa la historia creo que te gustará este post.
Para empezar, quiero agradecer a Ediciones Versátil la organización del tour literario que hicimos el 19 de abril con algunas de las blogueras, bookstagrammers, booktubers y lectoras que están suscritas a la newsletter de la editorial. No solo porque es una idea estupenda para promocionar la novela, sino porque me dio la oportunidad de conocer en persona a aquellas que no conocía y fue una tarde maravillosa e inolvidable para mí. Contamos también con una guía turística genial, Susanna, que hizo que el tour resultase mucho mejor de lo que yo sola, como autora de la novela, hubiera logrado. Fue como hacer de turista en tu propia ciudad, algo poco habitual, y además, con un grupo unido por una afición común: los libros y la lectura. Puedes ver reels de este evento en las cuentas de Instagram de @magic_nook_ , @duniavt , y en las historias destacadas de @apricotscrazythoughts.
En el tour, centrado en una parte de la ruta modernista de Barcelona, también incluimos dos de los lugares desaparecidos, y son de los que partirá esta ruta imposible.
1- Palace Cinema
Estuvo donde se alza hoy el hotel Avenida Palace, en la Gran Vía, 605. El edificio que puedes ver ahora data 1952. En la web del hotel te cuentan parte de la historia de este lugar que fue originariamente el palacete de un conde. Sin embargo, no mencionan este cine, solo los que hubo antes: el Metropolitan (1909) y el Ideal (1911). Teniendo en cuenta que el Palace fue el que estuvo más años proyectando películas, de 1916 a 1924, me parece extraño. Deduzco que es porque apenas hay información sobre este cine y ninguna fotografía (al menos, yo no la he encontrado). Pero su cartelera salía en los periódicos y revistas especializadas, prueba de que existía, y es al que suelen ir la protagonista de Un asunto delicado, Blanca Lledó, con su hija.
En esos treinta años entre el cierre del cine y la apertura del hotel, hubo allí un famoso restaurante y confitería: Casa Llibre.
2- Café Novedades
Es probable que recuerdes el teatro Novedades, en la calle Caspe, que ofreció su última función en 2006. No puedo asegurar que la cafetería a la que va Blanca con su amiga Montse sea la que gestionaba el teatro, pero sí que había una y que era el pequeño espacio que quedó tras derrocar el gran Café Novedades en 1917 para construir las Casas Rocamora. El edificio del teatro se mantuvo hasta 1960, cuando se alzó uno nuevo para el Hotel Barcelona, también desaparecido. Continuó el Novedades como teatro y, durante algunos años, como cine, pero todo se derruyó en 2017 para construir el hotel de lujo que hay actualmente.
Y nos adentramos ya en la zona de las Ramblas y el Raval, la que más ha cambiado con el paso de los años.
3- La sastrería Modelo
Ubicada frente a la Font de Canaletes desde 1875 hasta 2007, fue una de las tiendas de ropa más longevas de la ciudad. Yo la recuerdo perfectamente, incluso había comprado allí alguna vez. Perteneció a la familia italiana Pantaleoni, que había abierto una pequeña tienda de confección diez años antes en el barrio gótico, cerca del puerto. El negocio les funcionó tan también que decidieron trasladarse al centro de la ciudad. Allí consolidaron lo que hoy llamaríamos «su marca», que era sinónimo de calidad, y llegaron a ampliar la tienda hasta tener cinco plantas en 1969. Para ello, realizaron una reforma integral del edificio, y otra más en 1997, que es lo que nos ha quedado de ella. A día de hoy, en 2024, lleva tres años vacío a la espera de inquilino.
Los Pantaleoni no solo cerraron la tienda de La Rambla, también las otras que habían ido abriendo desde los años ochenta con el nombre Leoni. Solo han mantenido las MacQuinn, enfocadas en ropa juvenil.
4- Almacenes El Siglo
Tampoco se conserva nada de lo que fueron estos grandes almacenes ubicados en la Rambla, entre la calle Xuclà y la plaza del Bonsuccés. Siete plantas con mucha historia y los primeros que se abrían en el país, al estilo del Harrods londinense. Se inauguraron el 1 de febrero de 1881 y tuvieron tal éxito entre la burguesía y la clase alta que, en poco más de una década, las cuatro plantas iniciales pasaron a ser siete. Además de vender todo tipo de artículos y lo más nuevo y elegante de la moda europea, también había una peluquería, una cafetería-restaurante, un estudio fotográfico y hasta un boudoir para despachar la correspondencia. ¡Y te llevaban las compras a casa!
Las distintas secciones de estos Grandes Almacenes se repartían alrededor de amplios patios interiores con claraboyas para aprovechar la luz natural, pero pronto dispusieron de luz eléctrica y de ascensores. No se conserva nada de aquel magnífico edificio, pues un incendio el día de Navidad de 1932 lo destruyó por completo: un descuido provocó que un trenecito de juguete que decoraba el escaparate, cargado con pequeñas piezas de carbón y paquetes de regalo, quedara encendido al cerrar el establecimiento en Nochebuena; el motor se recalentó y el fuego que prendió alcanzó enseguida las cortinas y se extendió con rapidez.
Reabrió dos años después en la calle Pelayo, en un edificio de 1915 (Can Damians), pero no tuvo el mismo éxito y acabó cerrando a mediados de siglo. Sin embargo, este sí se conserva y es uno de los primeros que se construyó en Barcelona al estilo Art Decó. Lo ocupa ahora una tienda de la cadena C&A, que se encargó de rehabilitarlo en 2020.
5- Café Royal
Gozó de mucha fama en 1921, año en que se sitúa Un asunto delicado. Inaugurado en 1911 en la Rambla dels Estudis, fue el primer salón de té al estilo europeo que se abría en la ciudad, y contaba con tres espacios: una pastelería, el propio salón de té con servicio de restaurante y un salón para fiestas y banquetes. También tenía mesas en el exterior. Para no extenderme demasiado, te remito a un post de Barcelofilia, blog que ha sido una gran fuente de información para mí en el proceso de documentación de la novela y del que he sacado varias de las de imágenes que ves en mi post.
Durante la Primera Guerra Mundial, uno de los espacios del Café Royal, el Salón Imperial, sirvió de lugar de reunión informal a políticos, espías, empresarios y miembros de la alta sociedad española y europea y, según los cronistas de la época, también era frecuentado por prostitutas de lujo en busca de clientes. Mantuvo su fama hasta principios de los años treinta, cuando cerró para reabrir en 1934 con el nombre de Café Moka. Es el mismo Café Moka en el que estuvo George Orwell en 1937 y del que habla en su libro Homenaje a Cataluña; el mismo, aunque totalmente reformado, en el que puedes comer o tomarte un café desde que reabrió en 1987.
6- El Trink Halle
Antes de llegar al local donde Blanca empieza su investigación en la novela para aclarar la doble muerte de su marido, pasa por delante de este bar situado en la esquina de La Rambla con la calle Conde del Asalto, o Nou de la Rambla, que es el nombre por el que la conocemos la mayoría de los barceloneses. Fue la primera calle del Raval en estar adoquinada y tener aceras y cloacas. Su nombre se debe al aristócrata que la promovió, pero los vecinos siempre la llamaron “la calle nueva de la Rambla”, y así se instauró oficialmente durante la segunda república. En 1979 se recuperó esta nomenclatura popular.
El Trink Halle estuvo activo de 1911 a 1939, aunque hay referencias a él desde 1908 en la prensa de la época. Es probable que el nombre alemán, que se traduce literalmente como «salón de bebidas», tuviera mucho que ver con su desaparición tras la guerra civil y el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Pasó a llamarse Covadonga y hoy en día hay otro bar en su lugar: Cafetería Ramblejant.
Alcanzó su mayor popularidad después de la Gran Guerra. El ambiente cosmopolita que había en este bar resultaba tan atractivo como los carteles publicitarios que decoraban su exterior, y la oferta nocturna de compañía femenina (francesa, sobre todo) que aseguraba discreción también influyó en que fuera frecuentado por miembros de la clase alta. Era la puerta de entrada a la calle en la que proliferaban los locales de ocio nocturno, entre los que destacaba el que más papel tiene en Un asunto delicado y del que te hablaré ahora.
7- Edén Concert
Podría contarte muchas cosas de este lugar emblemático ya desaparecido, pero no quiero ponerme pesada con la historia, así que resumiré. Ubicado en la calle Nou de la Rambla, 12, abrió en 1887 en un local que se dedicaba a espectáculos de flamenco: el Café de la Alegría. Comenzó ofreciendo un programa de variedades que incluía magos, acróbatas, cómicos, cantantes y bailarinas, y aunque tuvo sus altibajos se acabó convirtiendo en el mejor music hall de Barcelona.
El año 1916 marca el inicio de su época dorada, cuando reformaron el local, revistiéndolo de elegancia y distinción, y añadieron el restaurante para servir cenas antes del espectáculo. No es casualidad que la fecha coincida con la Gran Guerra. Además de la afluencia de turistas adinerados que pasaban por Barcelona, también llegaban espías, militares y exiliados pudientes con ganas de diversión. En los pisos superiores del Edén Concert había un famoso burdel, Casa Emilia, con lo que el ocio quedaba completo y satisfecho en más de un sentido. Dicen que Picasso lo frecuentó en su juventud, cuando tenía un taller en esa misma calle, pero lo único que se puede afirmar con certeza es que era cliente asiduo del Edén Concert. Una de sus obras, correspondiente a su periodo azul, deja constancia de ello: Dama en Edén Concert, 1903.
Figuras reconocidas del mundo artístico, como Raquel Meller, la Bella Otero y Estrellita Castro, debutaron en este music hall, cuya fama empezó a decaer a principios de los años treinta. Acabó cerrando en 1935 y convirtiéndose en un cine, que duró medio siglo más y del que puedes encontrar información aquí.
De todo aquello, solo el rótulo de un parking nos recuerda hoy en día que allí hubo el Edén Concert y aquella sala de cine a la que iba la gente del barrio. Aun así, acercarse por la calle Nou de la Rambla vale la pena, ya que podrás ver el Palau Güell, de Antoni Gaudí, frente al legendario music hall desaparecido y echar una mirada al Hotel Gaudí, cuyas plantas superiores corresponden a una parte de lo que fue Casa Emilia.
Fuera de la ruta marcada en el plano, si seguimos bajando por La Rambla, hay otro lugar desaparecido que se mencionan en la novela.
Sociedad de Atracción de Forasteros
Seré muy breve, ya que también puedes encontrar información en Internet de esta entidad que se formó en 1908 para fomentar el turismo en Barcelona y toda Catalunya. El local donde tenía su sede es ahora el Hostal Benidorm.
Patrocinada y subvencionada por el Ayuntamiento y la Diputación funcionó hasta 1939 y creó la primera oficina de información turística de la ciudad. Tenía servicio de guía y recepción de “forasteros” y publicó una revista mensual, Barcelona Atracción, que puedes encontrar digitalizada en la hemeroteca del Arxiu Historic de la Ciutat.
Los protagonistas de Un asunto delicado también se adentran en el sur del Raval,
pero esta zona está reurbanizada y es difícil hacerse una idea de cómo era en 1921, por ejemplo, la calle del Mediodía (hoy, calle Montserrat) o el Portal de Santa Madrona. Si sientes curiosidad, entra en el post al que enlazo cada una de estas ubicaciones.
Y ya solo me queda decirte que, aunque he titulado el post «Ruta literaria imposible», no lo es tanto. Y animarte a que leas Un asunto delicado (si no lo has hecho ya, claro). Clica en la portada para saber más sobre la novela.
GRACIAS por leer este post. Si te ha gustado, compártelo en tus redes sociales. Y si quieres dejar un comentario, te responderé encantada en cualquiera de las mías.
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