El INCENDIO BUEN RETIRO, realidad y ficción en «El secreto de una dama»

20 de febrero de 1640. Sucedió de verdad. No me lo inventé para meter unas cuantas escenas dramáticas en la novela, sino que fue el hecho real que disparó mi imaginación para elaborar el argumento y crear a los protagonistas: Claudia y Manuel. Y, aunque encontré poca información sobre el incendio, fue la suficiente para imaginar a los personajes de El secreto de una dama atrapados en él. Transcribo parte del párrafo que destelló ante mis ojos, como un letrero de neón, una tarde mientras leía una biografía de Isabel de Borbón (1602-1644), la primera esposa de Felipe IV, escrita por la historiadora María José Rubio e incluida en el libro Reinas de España: las Austrias (ed. La esfera de los libros, pag. 308).

“El lunes amanece ardiendo el palacio. Los reyes se encuentran durmiendo dentro. Un pavoroso incendio se inicia en los cuartos de las damas de la reina, que se despiertan casi ahogadas por el humo. La mayoría corre a medio vestir para ponerse a salvo en los jardines. Isabel, amenazada por el fuego en sus aposentos, consigue escapar auxiliada por varios caballeros. El palacio arde como un árbol seco. El conde-duque de Olivares, abrumado por la destrucción de la que ha sido la gran obra del gobierno, se pone al mando de las maniobras de extinción, ordenando un pregón general en Madrid para recabar voluntarios”.

Cada frase que leía me gritaba:

«¡Utilízame, por favor! ¡Utilízame en alguna de tus novelas!».

Y eso hice. Pero no te cuento cómo ni cuándo, por si te animas a leer la historia de amor de Claudia y Manuel.

Y, si te interesa saber más sobre las reinas de España a lo largo de la historia, no dudes en buscarlo en alguno de los libros de María José Rubio. Creo que es la historiadora que más domina este tema y, además, tiene una forma de narrar que te atrapa casi como si leyeras una novela.

Volviendo al incendio… Parece que el fuego se inició sobre las 7 de la mañana. A esa hora, en febrero, aún es oscuro, lo que debió añadir tensión a una situación ya angustiosa de por sí. Se desconoce la causa, aunque en esos tiempos en que la iluminación la proporcionaban toda clase de velas y lámparas de aceite era fácil que una llama prendiera de repente en un mueble de madera, en una cortina o en uno de los muchos tapices que revestían las paredes de las estancias. El peligro de incendio era constante incluso en las casas particulares, y un ejemplo de ello sería el que tuvo lugar en julio de 1631 en la Plaza Mayor a causa de una chispa que saltó de un horno en una vivienda. Ese sí tuvo graves consecuencias y duró tres días, a diferencia del que se desató en el Buen Retiro, que estuvo controlado en unas horas y fue totalmente sofocado antes del anochecer del mismo lunes.

El incendio en palacio afectó sobre todo a los aposentos de la reina (en la imagen, un detalle del Jardín de la Reina), pero también a los del rey y otras salas del edificio. Aunque se salvó la mayor parte del mobiliario, dañó severamente la colección de pinturas que adornaban su interior. Uno de los artistas que se encargó de restaurarlas fue el pintor sevillano Alonso Cano, que trabajaba para la corte desde 1638. También Velázquez, primer pintor de cámara por aquel entonces, colaboró en restituir la colección, pues fue enviado a un viaje por Castilla para buscar cuadros que sustituyeran a los perdidos.

(En El secreto de una dama hubo otros daños y consecuencias -alguna buena-, pero te haría un spoiler de los grandes, si te los contara aquí.)

Para restaurar el edificio se pidió la colaboración de la Villa, y en 6 semanas el palacio estuvo listo para recibir de nuevo a sus reales ocupantes.

También encontrarás otra clase de incendio en la novela: el fuego de la pasión que surge entre Manuel y Claudia y que se aviva por la estrecha convivencia en la que se ven inmersos en la casa de Orgaz. Y, para tentarte un poco más, voy a presentarte a otros personajes importantes en esta historia:

MARTA PEREA: hermana de Manuel, viuda de Villegas

LORENZO ESPÓSITO: Notario de Orgaz y amigo de la familia Perea

EL PADRE ASENSIO: cura de Orgaz.

JUANA DÍAZ: tía materna de Claudia, a la que ha criado desde niña

GREGORIO MALDONADO: padre de Claudia y barón de Arraz.

ELENA HERRERA: doncella de Claudia y también su mejor amiga.

ENRIQUE DÍAZ DE LA CUEVA: Primo de Claudia y supuesto amigo de juventud de Manuel

CAPITÁN QUESADA: Capitán de los Tercios retirado

(sí, es un guiño al capitán Alatriste, pero no tienen nada más en común)

VICENTA: Criada principal de la casa de los Perea.

Y, ya que estoy, te avanzo que Enrique y Elena son los protagonistas de la segunda entrega de la trilogía «Corazones solitarios» que se inicia con El secreto de una dama (aunque igual ya lo sabes, si la leíste cuando la publicó Círculo de Lectores entre 2017 y 2018). Su novela, La magia del corazón, podrás leerla a partir del 22 de abril y es también autoconclusiva, como las otras dos. De la tercera, La luz de la pasión, ya te contaré en otros posts cómo surgió la idea de la trama y qué hay en ella de realidad. Pronto podré enseñarte las portadas de estas dos entregas, ya que no podemos aprovechar las que hizo Círculo de Lectores cuando las publicó, y la diseñadora, Eva Mutter, está trabajando en ellas.

Bueno, te habrás dado cuenta de que realmente encontré muy poca información sobre el incendio del Buen Retiro, porque he llenado el post con la ficción, no con el hecho real que sucedió, pero… a lo mejor tengo suerte y he despertado tu interés por leer El secreto de una dama. O la trilogía completa, incluso. Y, si ya lo has leído y además, te ha gustado, solo me queda decirte

¡muchísimas gracias!

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Y gracias también por pasarte por mi blog, por supuesto. ¡Vuelve cuando quieras!