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  • Nuria Llop

LOS MUSOS EN LA NOVELA ROMÁNTICA


Hace ya un tiempo que veo a menudo en redes sociales este concepto de “muso” para indicar al actor o personaje de ficción en el que se ha inspirado la autora para crear al protagonista de su novela. Y suele ir acompañado de una foto de ese “muso”.


Como escritora que soy, confieso que yo también los utilizo. Y no solo para los protagonistas masculinos. La mayoría de personajes de mis novelas tienen rasgos físicos similares a actrices, modelos o incluso deportistas o periodistas. Ocasionalmente, y sobre todo cuando escribo histórica, me inspiro en retratos antiguos, como es el caso del rostro que me sirvió de punto de partida para crear a Pablo Ribera, de La luz de la pasión, y que puedes ver en este post de Instagram.

Punto de partida. Esa es la clave para mí. Cualquiera de esos famosos (algunos no lo son tanto) me sirven de inspiración, sí, pero los rediseño a mi gusto, porque nunca me coincide la imagen que hay en mi cabeza para un protagonista con la del famoso en cuestión. Esta es una de las tres razones por las que no hablo de “musos” en mis redes sociales, a pesar de que es una estrategia que da mucha visibilidad. Prefiero que te animes a leer mi novela porque te atrape la sinopsis, la portada, por la recomendación de una amiga o por la de alguna bloguera en la que confíes. ¿Me estoy perdiendo lectoras potenciales? Seguro que sí, pero no me sentiría a gusto conmigo misma si mi mejor recurso para “venderte” mi novela fuera que el protagonista masculino es un calco del personaje principal de la serie de moda. O del actor que interpreta a dicho personaje.


La segunda razón, es porque, como lectora, me gusta poder imaginarme a los protagonistas de una historia, no que me los impongan. Me basta con una breve descripción física para componer el resto en mi imaginación. Es probable que me forme una imagen distinta a la que la autora tenía cuando creaba a ese personaje, pero da igual. Ella lo ha disfrutado escribiendo y yo lo disfruto leyendo.


Porque… ¿y si el “muso” con el que la escritora ha disfrutado no me gusta? Pues ahí termina mi interés por la novela. No me leo ni la sinopsis. Y me ha pasado con varios títulos en concreto que no voy a mencionar, títulos de los que he visto buenas reseñas, además. Y no sé si las estrellas se las dan porque les ha encantado la historia o porque también son fans del muso. Probablemente por ambos motivos, ya que enamorarse del protagonista es crucial para que guste una novela romántica.

Espero que nadie se tome esto como una crítica, es solo mi opinión personal. También opino que las escritoras de “muso” estratégico son muy valientes, porque se arriesgan a perder a lectoras cuyos gustos para los hombres sean distintos a los suyos. Como los míos son un poco especiales, mejor no me arriesgo.


Y la razón número tres, la más personal de todas. Quizá porque he crecido entre actores y actrices, (como hablamos de “musos” y protas masculinos, me ceñiré a los actores) y trabajo con ellos casi a diario, no siento esa fascinación que generan entre el público ni puedo enamorarme perdidamente de uno o de un personaje que interpreten. Pueden gustarme, incluso mucho, y puedo babear con esos planos (o fotos) de desnudos en los que se notan las horas de gimnasio en máquinas de musculación, sí, pero nada más. No podría “apropiarme” mentalmente de ninguno para crear una historia de amor, y mucho menos subir una foto suya a mis redes con una de mis novelas. A menos que él me diera su permiso explícito, claro. De todos modos, comprendo que muchos personajes populares de cine y televisión enamoran y que es fácil (y provechoso) caer en la tentación de hacerlo.


Y ya que he empezado confesando que también yo tengo mis “musos” inspiradores, voy a ir un poco más allá sin traicionarme a mí misma. Porque las tres fotos de actores que ves en este post son solo ese punto de partida del que hablaba al principio. Además, a dos de ellos los menciono en las novelas correspondientes de la serie Odissey Park, así que tampoco estoy revelando un gran secreto. Solo me arriesgo un poco a que, si aún no has leído estas historias, decidas no hacerlo. Ahí van:



Mejor no busques ni rememores más imágenes de ellos, son estas concretamente las que dieron de lleno en mis neuronas para comenzar a visualizar cómo quería el físico de mis protagonistas. La personalidad la tenía ya esbozada, necesitaba tres expresiones que encajaran y las encontré en...


ÇAGATAY ULUSOY (para El beso del cowboy ), encerrado en sí mismo por lo que él considera un gran defecto.

MEL GIBSON (para Mi highlander favorito ), mirada amorosa, sonrisa espléndida y tímida a la vez.

GERARD BUTLER (para El juego del canalla ), creo que el título dice suficiente. El resto puedes descubrirlo a partir del 4 de marzo, cuando la novela estará disponible en Amazon.


¡Gracias por leer este post!

Y doble gracias por compartirlo, si te apetece.

(Puedes poner los comentarios en de cualquiera de mis redes sociales.)



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