LA MALDICIÓN DE LA PERLA PEREGRINA
"Está maldita de los dioses, su forma es la de una lágrima, anuncio de las que hará derramar y en su nítido alabastrino puedo ver cosas, cosas terribles. Emponzoñará a su padre, será abandonada por su madre; matará a una reina, volverá colérico al prudente y aunque iluminará el estanque y cabalgará en los más bellos corceles, visitará los prostíbulos, lucirá en fealdad; vencerá a las llamas; cegará al bobo y ayudará a la prostituta; tentará al ladrón y al águila herida; hará llorar a una emperatriz y perder la cabeza al príncipe de los inútiles, celará a otra reina y por todo ello, será condenada a ser devorada por el monstruo”
Esta es la maldición que pesa sobre la Perla Peregrina que inspiró la novela La joya de mi deseo y que el escritor Jordi Siracusa relata y analiza en su libro La Peregrina y otras perlas, publicado en 2013. Una extraña perla en forma de lágrima, única en el mundo, de la que ya te conté en otro post su largo y curioso viaje desde que se halló a principios del siglo XVI en aguas de Panamá hasta que Richard Burton la adquirió en una subasta en Nueva York en 1969 para regalársela a su amada esposa Elizabeth Taylor. Se desconoce su propietario actual, que la compró por 9 millones de euros en 2011, cuando todos los bienes de la actriz salieron a subasta tras su muerte.
Pero volvamos a los terribles augurios del anciano inca que desaconsejó a Isabel de Bobadilla (1505-1546), hacerse una joya con tan valiosa perla.
¿Cómo se cumplen?
Los reescribo por partes, para que no tengas que volver al texto completo del principio.
«Emponzoñará a su padre, será abandonada por su madre»
Curiosamente Pedro Arias, el marido de Isabel de Bobadilla y primer poseedor de la Peregrina murió envenenado, y su esposa, al enviudar, regresó a Sevilla, abandonando la perla en un cajón secreto de su dormitorio de Panamá.
«matará a una reina, volverá colérico al prudente»
Podría referirse a Ana de Austria, que la llevó constantemente después de su quinto parto y murió pocos meses después a causa de la misma gripe que su esposo Felipe II había superado. Y al propio Felipe II, llamado “El Prudente”, ya que llevaba la perla cuando recibió la noticia de la derrota de la Armada invencible frente a la flota inglesa, y montó en cólera.
«y aunque iluminará el estanque y cabalgará en los más bellos corceles, visitará los prostíbulos.»
La perla estuvo unida durante años a un diamante llamado “El estanque” (así la llevaba Isabel de Borbón, la reina que la popularizó) y hay varios retratos ecuestres de reyes de España en los que luce la Peregrina. Respecto a los prostíbulos, cuentan que un día, la reina Isabel fue a buscar su joya y encontró sólo el Estanque; enojada, pidió explicaciones a su esposo, el rey Felipe IV, que la acabó hallando entre los pliegues de sus calzones. No sé si es cierto, pero sí es bien sabido que el monarca frecuentaba los prostíbulos de la Villa y Corte y que, allá donde iba, presumía de tan hermosa joya que todas las mujeres a su alrededor querían ver y tocar.
«lucirá en fealdad»
Podría señalar a la segunda esposa de Felipe IV, Mariana de Austria, de la que dicen que era muy poco agraciada.
«vencerá a las llamas»
Remitiría a que la Peregrina sobrevivió milagrosamente al incendio del Alcázar, en 1734. Mucho se perdió en aquel incendio, pero la perla quedó protegida por una vieja armadura de los tiempos de Pizarro.
«cegará al bobo y ayudará a la prostituta» podría relacionarse con el rey Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma, de la que decían que otros, además del monarca, calentaban su cama y él ni se enteraba (o prefería ignorarlo.)
«tentará al ladrón y al águila herida»
Quizá haga referencia a que José Bonaparte, distinguido con la Gran Águila de la Legión de Honor, se prendó de la Peregrina y se la apropió, junto con otras joyas de los Borbones, al erigirse en rey de la España Napoleónica en 1808, aunque no puedo llevársela cuando tuvo que huir tras la derrota de su ejército en 1813.
«hará llorar a una emperatriz»
Dicen que Eugenia de Montijo, esposa del emperador Luis Napoleón Bonaparte, Napoleón III, lloró en el jardín de las Tullerías cuando vio la Peregrina colgando del cuello de la marquesa de Abercorn a cuyo marido se la había vendido Napoleón.
«y perder la cabeza al príncipe de los inútiles»
Jordi Siracusa apunta que “no sería muy arriesgado calificar de 'príncipe de los inútiles' al miembro de la Casa Real española que ofreció 20000 dólares por la Peregrina en la subasta de Nueva York, en 1969, y que acabó degollado en una pista de esquí en los Estados Unidos”.
«celará a otra reina y por todo ello, será condenada a ser devorada por el monstruo»
Este último augurio podría referirse a una reina del cine, Elizabeth Taylor, que un día extravió la perla y la halló en la boca de su caniche. Es posible que el artesano inca no conociera esta raza canina europea y confundiera la mascota con un extraño ser, pero también cabe la posibilidad que la condena final de la Peregrina esté aún por llegar.
Puede que hayas visto alguna fotografía de la reina Leticia o de su predecesora Sofía luciendo una perla similar. La Casa Real asegura que es la auténtica Peregrina, pero expertos en la materia coinciden en que no es la que se halló en aguas de Panamá a principios del siglo XVI, sino una que adquirió Alfonso XIII para regalársela a su esposa Victoria Eugenia al no poder recuperar la original. Te dejo aquí un interesante hilo que hay twitter sobre esta valiosa joya única en la historia y la "falsa Peregrina".